Una niña con un lápiz
Federico Levín
Ilustraciones de Nico Lassalle.
Una niña no tiene casi nada: solo un lápiz. Tiene, entonces, casi todo. Casi todo lo que se pueda imaginar.
En imprenta mayúscula.
"El punto de partida es de un despojo casi total: una niña sola en el vacío de la hoja de papel. Pero tiene algo: “Es una niña con un lápiz”, nos dice esta historia mínima y precisa. Pronto el lápiz se revelará como una mágica herramienta que, uno a uno, va cubriendo cada necesidad y deseo. Porque toda niña necesita una casa, una cama, una ventana. Y el lápiz, prolongación eficaz de su mano, al dibujar, crea realidad. Acunada en ese nuevo entorno, siente sin embargo que no es suficiente: también anhela un mundo para contemplarlo, para soñar… Y el mundo dibujado crece a su alrededor. Pero el descanso no llega. ¿Qué está faltando? La magia de un cuento, y una voz familiar que lo lea. En su intuitiva sabiduría, esta niña sin nombre guía los trazos de su lápiz hasta que el círculo se cierra. La voz amorosa que le lee su propia historia traerá por fin el sueño. Magia y poesía, en palabras sencillas y letra clara al alcance del pequeño lector o lectora. E ilustraciones sugerentes -blanco y negro en lo dibujado, sutiles toques de color en la protagonista y su lápiz-, con todo lo necesario para desplegar la imaginación."
Una niña con un lápiz
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Una niña con un lápiz
Federico Levín
Ilustraciones de Nico Lassalle.
Una niña no tiene casi nada: solo un lápiz. Tiene, entonces, casi todo. Casi todo lo que se pueda imaginar.
En imprenta mayúscula.
"El punto de partida es de un despojo casi total: una niña sola en el vacío de la hoja de papel. Pero tiene algo: “Es una niña con un lápiz”, nos dice esta historia mínima y precisa. Pronto el lápiz se revelará como una mágica herramienta que, uno a uno, va cubriendo cada necesidad y deseo. Porque toda niña necesita una casa, una cama, una ventana. Y el lápiz, prolongación eficaz de su mano, al dibujar, crea realidad. Acunada en ese nuevo entorno, siente sin embargo que no es suficiente: también anhela un mundo para contemplarlo, para soñar… Y el mundo dibujado crece a su alrededor. Pero el descanso no llega. ¿Qué está faltando? La magia de un cuento, y una voz familiar que lo lea. En su intuitiva sabiduría, esta niña sin nombre guía los trazos de su lápiz hasta que el círculo se cierra. La voz amorosa que le lee su propia historia traerá por fin el sueño. Magia y poesía, en palabras sencillas y letra clara al alcance del pequeño lector o lectora. E ilustraciones sugerentes -blanco y negro en lo dibujado, sutiles toques de color en la protagonista y su lápiz-, con todo lo necesario para desplegar la imaginación."